Soltar el cordón umbilical no es suficiente a veces para ser libre por completo. Una gran cantidad de seres humanos tienden a creer que alejándose del nido o con solo no depender económicamente de los padres, ya son completamente libres. Este es un concepto bastante erróneo. Sencillamente porque todos sabemos que después dependemos de nuestras figuras paternas para desarrollarnos lo que nos resta de vida. Siendo ya abuelos, ellos nos siguen facilitando la dura experiencia de vivir, aunque el remedio suele ser peor que la enfermad. Ver a un hijo crecer supone una tarea dulce y difícil, supongo que es por eso por lo que nos quieren ayudar tanto. Aún así, con esa ayuda amorosa y constante, nos están volviendo más dependientes. Sugiero que ese es el subconsciente, que no tolera la idea de que aquel pichón al que les costo tanto ver crecer, huya de casa, no los necesite, y hasta sea feliz sin la ayuda de ellos.
Pero aunque cueste aceptarlo, y hablo de ambas partes, las aves aprenden a volar, las serpientes mudan su piel, nada es para siempre, y si no permiten que un hijo pueda aprender a vivir por su cuenta, entonces, algo esta mal. La libertad es una necesidad del hombre, reprimirla es un acto cruel de desamor a la vida, y sucede más a menudo de lo que se puedan imaginar. Agradecerles a nuestros padres el continuo soporte es quererlos, y que ellos nos dejen volar brindándonos su apoyo sin ejercer presión sobre nuestras alas, es darnos todo el amor que se nos puede entregar. El derecho a la libertad debe ser tomado con mas seriedad, el permiso a ser un individuo diferente y crecer por cuenta propia es amar.
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